Cuando decides perderte

Y te vas, sola sin decírselo a nadie, tú y tu música, para qué más. Hay que saber cuándo perderse, cuándo es una buena idea, echar a andar y que tus pasos te lleven a lugares donde nunca habías estado, en tu propia ciudad. Siempre he pensado que no hay nada más bonito que descubrir un lugar nuevo y único, esbozar una sonrisa y capturarlo para siempre en tu cámara.
Esta foto es de ese día que decidí escapar un poco de la rutina.

Otro enero más...

Llego tarde, lo sé, pero tan ocupada he estado que no he tenido tiempo ni para empezar a escribir un año más de nuevo en este blog, pero allá va.

Empezamos un nuevo año, con ganas renovadas, ganas de comernos todo, los problemas, las envidias, los exámenes, y por supuesto, la comida.
Claro que no cumplí algunos de mis objetivos del año pasado, y seguramente no cumpla los que me quiera proponer ahora, pero hay que intentarlo, al menos durante todo el año.

Y tan importante es intentarlo como tener objetivos que abarquen más que nuestros ombligos. Ayudar en nuestro entorno, porque ... ¿Qué es un océano sino un montón de gotas?
Pues eso que gota a gota podemos hacer de un mundo un poco más justo, más limpio y viable para todas las especies de nuestra Tierra, porque todas merecemos existir. Reciclando, no desperdiciando, colaborando en la calle, pequeñas acciones que pueden tener grandes repercusiones. Soy de las ilusas que piensa que todo es una cadena que la acción que hagamos hoy nos responderá de alguna forma en el futuro.
Bienvenidos a un nuevo año, lleno de aventuras que afrontar con retos y metas que alcanzar y superar.